AC/DC a todo poder
Luego de 25 años al fin estaba ahí...frente a mi banda de siempre. En 1982 algo me había escrito cuatro letras de fuego y un rayo en el alma y ese algo me dictó que en algún momento vería a AC/DC en vivo.
La euforia comenzó en el vuelo desde San Salvador cuando con unos amigos nos tomamos los asientos vacíos de la parte trasera del avión y comenzamos la gira con cuatro wiskeys dobles de etiqueta roja y una estridencia verbal tan alta que las aeromozas nos callaron...pero como para ese entonces ya volávamos sobre la turbulencia del D.F. decidimos calmarnos un poco y mejor ver desde el aire lo que sería nuestro destino final de la tarde: El Foro Sol.
Ese 12 de noviembre a sólo 35 mts de mi banda el infernal tren del rock de AC/DC irrumpió y partió el escenario, hubo explosiones, adrenalina y locura todo en un segundo demencial y luego el riff inicial de rock and roll train, Angus Young apareció de la nada, luego toda la banda, dos segundos después mis 38 años desaparecieron, era yo en 1982 y formaba parte de una orda de rockeros de todas las edades que saltaba como una ola humana en cada inicio de las 18 canciones de los australianos. La banda tocó las grandes clásicas como Hell Ain't a Bad Place To Be, Highway to Hell, Shoot to Thrill, Dirty Deeds, You shook me all night long y la grandiosa Whole Lotta Rosie, con Rosie balanceándose encima del rock and roll train. En Let There Be Rock Angus hizo lo suyo con un solo para la historia. Antes había paralizado el Foro Sol al tocar sobre una plataforma elevadiza que luego lanzó al aire una poderosa explosión de partículas de metal.
Al final cerrarón con la portentosa For Those About To Rock, la banda desplegó todo su poderío junto a los cañones más pesados del rock mundial. Fue un júbilo gritar junto a Brian Johnson y a más de 50 mil gargantas Fire!!!! una... y otra... y otra... y otra vez... y luego explotar en desenfreno como bestias.
Un sonido brillante, un escenario de primer nivel y un AC/DC que sigue siendo el rey intocable del Hard Rock. No se pudo pedir más. Hell ain't a bad place to be.
La euforia comenzó en el vuelo desde San Salvador cuando con unos amigos nos tomamos los asientos vacíos de la parte trasera del avión y comenzamos la gira con cuatro wiskeys dobles de etiqueta roja y una estridencia verbal tan alta que las aeromozas nos callaron...pero como para ese entonces ya volávamos sobre la turbulencia del D.F. decidimos calmarnos un poco y mejor ver desde el aire lo que sería nuestro destino final de la tarde: El Foro Sol.
Ese 12 de noviembre a sólo 35 mts de mi banda el infernal tren del rock de AC/DC irrumpió y partió el escenario, hubo explosiones, adrenalina y locura todo en un segundo demencial y luego el riff inicial de rock and roll train, Angus Young apareció de la nada, luego toda la banda, dos segundos después mis 38 años desaparecieron, era yo en 1982 y formaba parte de una orda de rockeros de todas las edades que saltaba como una ola humana en cada inicio de las 18 canciones de los australianos. La banda tocó las grandes clásicas como Hell Ain't a Bad Place To Be, Highway to Hell, Shoot to Thrill, Dirty Deeds, You shook me all night long y la grandiosa Whole Lotta Rosie, con Rosie balanceándose encima del rock and roll train. En Let There Be Rock Angus hizo lo suyo con un solo para la historia. Antes había paralizado el Foro Sol al tocar sobre una plataforma elevadiza que luego lanzó al aire una poderosa explosión de partículas de metal.
Al final cerrarón con la portentosa For Those About To Rock, la banda desplegó todo su poderío junto a los cañones más pesados del rock mundial. Fue un júbilo gritar junto a Brian Johnson y a más de 50 mil gargantas Fire!!!! una... y otra... y otra... y otra vez... y luego explotar en desenfreno como bestias.
Un sonido brillante, un escenario de primer nivel y un AC/DC que sigue siendo el rey intocable del Hard Rock. No se pudo pedir más. Hell ain't a bad place to be.
