UP: 100 años de soledad, según Pixar...

UP: 100 años de soledad, según Pixar...

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Emm dice:
Sábado pasado, 11 de la mañana y en la cola del cine soy el único adulto sin una o más crías humanas colgadas de un brazo o correteando alrededor. Para pasar desapercibido, me vestí con mis mejores bermudas, una playera, tenis con calcetines blancos y una gorra GAP roja. Muy geek, muy freak, quizás algo tenebroso porque las canas de los costados de mi cabeza dicen de una edad que ni yo mismo me creo.
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Es el rito anual de asistir al espectáculo Pixar: la película que siempre encabeza el verano desde la lejana Toy Story y que adultos y menores asistimos a venerar y maravillar y que ahora se llama "UP: Una Avenntura de Altura" donde se anticipa que el protagonista es un señor de la tercera edad que el Gobierno de la Ciudad de México lo tomaría para darle su credencial, su torta y lo "invitaría amablemente" a los mítines de Marcelo Ebrard o a seguir echándole porras al Peje. Discusting!
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Para mayor emoción me dan unos lentes. "No gracias, traigo los míos con graduación nueva", "No señor, son para que vea el 3D", me contesta cándidamente una jovencita que se desvía a ver mis canas que no tapa l a gorra roja GAP. Maldición, nomás me falta que me pida mi INSEN. Me dan ganas de explicarle que tengo canas desde los 15 años y que a mis 37 es un milagro que nomás salgan a los costados. Pero me está viendo las bermudas y me cohibo meas. Casi corro a la sala a esconderme. Sólo por Pixar admito estas humillaciones. Es "Up", la nueva...
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Y más cosas de la edad: no ha pasado ni 15 minutos de esta cinta y por mi cara se resbalan lágrimas. Estaré ya chocheando?, cómo una animación me puede conmover tanto y puede asestar un golpe, como no queriendo, así suavecito y con colores pastel, a la condición de la gente sola? Hasta los niños de al lado de mi asiento contiene la respiración. Es sobrecogedor y es hermoso.
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Por lo demás, hay por primera vez sangre en una película de esta factoría y hay seres solitarios buscando redención. Quizás más cercanos que la tecnología abandonada de "WALL-E" o los gustos refinados del ratón Rémy que lo alejan de los demás en "Ratatouille" y lo acercan a un crítico también solitario. O los carritos "abandonados" por la civilización en "Cars". O la muñequita vaquera que, en voz de Sarah Machlahan, canta su abandono en "Toy Story 2", pieza maestra del pop dolorido
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Quizás siempre el mensaje de la compañía de John Lasseter es que la animación está al servicio de voltear la condición propia y reflexionarla. Desmenuzarla. Y en medio de personajes entrañables mostrarnos lo vulnerables que somos.
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Bravo Pixar y a la vez, ¡Qué madrazos, Pixar!.. Hasta el 2010 y el regreso de Woody, Buzz Lighyear y la pandilla de Toy Story.
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