LEONARD COHEN: Maestría en directo...
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Emm dice:
"Son tan amables de asistir", anuncia la voz de Zeus cansado del cantautor, poeta, novelista y budista canadiense más respetado en la historia moderna de la música. El público ovaciona y él se dispone a cantar/susurrar con supremo arte: "Bailame tu belleza con un violín ardiente, / bailame a través del pánico hasta que alcanze la salvación".
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Dance Me To the End of Love - Live in London
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Es sólo el inicio canalla de un álbum, Live in London (Sony Music, 2009) que roza las tres horas de duración gracias a sus laberínticas canciones y que Cohen saca de su manga como adelanto de una gira que lo sacó de su crisálida de 15 años y lo lleva a recorrer el mundo onírico que ha sembrado en millones de fans exhaustos de su flamígero arte.
"Hace ya mucho tiempo que no me coloco frente a un escenario en Londres: 14 o 15 años atrás. Yo tenía 60 años y era sólo un chavo con un sueño alocado". Confiesa con su perturbador sarcasmo el nacido un 21 de septiembre en Westmount, Quebec a la revista electrónica popmatters semanas atrás. "Después me he hundido profundamente en el estudio de las filosofías y religiones, pero mi gozo desborbado me ha vuelto a sobrepasar".
Una alegría que enciende las pieles de la audiencia que, capturada en los audios de este doble CD, se emociona con las metrallas de frases que el eremita cantor les regala entre nubes de humo y letras supremas, míticas ya en el incosciente sonoro del siglo pasado.
"Todo mundo sabe que la guerra se acabó / Todo mundo sabe que los chicos buenos perdieron / Todo mundo sabe que la pelea estuvo arreglada / Y que los pobres siguen pobres y los ricos siguen ricos. Así son las cosas", dispara con las cuerdas vocales hechas de lijas el artista que tuvo, tal como interpreta con cierta rabia, que salir de su exilio porque su contador le jugó una mala pasada y lo dejó en la ruina.
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Everybody Knows - Live in London
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Ahora tiene su calendario repleto de fechas, recorriendo como un vendaval el verano por toda EU, Canadá, hasta acabar el 24 de septiembre en Tel Aviv donde desgranará aquello de "Iré marchando a través de la mañana / marchando a través de la noche / moviendo entre las fronteras / de mi vida secreta".
En las vocales de apoyo Sharon Robinson y la propia guitarra del maestro, se desgrana la historia de la salvadora Suzanne: "Mientras Suzanne abraza el espejo / y tu sólo quieres viajar con ella / y quieres hacerlo ciego / y sabrás que ella confiará en ti / cuando toques su cuerpo perfecto con su mente". Y la canción se une con la mandolina sutil de "The Gipsy's Wife" del álbum Recent Songs (Columbia, 1979).
La emoción ya estalla y apenas va una hora y 10 minutos de concierto en el primer disco.
15 también son los discos que componen su leyenda y en la segunda parte de su Live in London, el sosegado Cohen dispara las frases más lapidarias y memoriosas que ponen al público de pie, puliendo lo mejor de su discografía: "Tu fe es fuerte, pero necesita pruebas" — De la emotiva y algo manoseada "Hallelujah"—.
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Hallelujah - Live in London
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"Llegará de los hombres y las mujeres, oh, nena, haremos el amor nuevamente" —De "Democracy" con dedicatoria a Barack Obama incluída—; "No me gusta su negocio de moda señor, y no me agradan las drogas que hacen ver delgado / No me gusta lo que le sucedió a mi hermana / Primero tomaremos Manhattan, luego tomaremos Berlín" — de la incendiaria "First We Take Manhattan"—.
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First We Take Manhattan - Live in London
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Con las más altas calificaciones, el sitio de internet metacritic recibe este trabajo doble y lo califica de "incendiario", "el mejor álbum en vivo jamás publicado" o "poderoso, "el perfecto souvenir para aquellos que habitan la noche", según publicaciones musicales tan prestigidiadas como Mojo, Entertainment Weekly y Uncut.
La leyenda de voz de Zeus cansado y letras como pétalos de mármol sigue su camino por la carretera, por lo menos bajo el calor del verano. ¿Parará alguna vez en México, maestro?
1 comments:
Me caes de la verga y tu joroba me ofende la vista pero escribes muy bien cabrón, y eso lo respeto.
AC.
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